Observábamos por los medios de comunicación y las redes sociales que muchos de nuestro amigos piragüistas de otras regiones de España estaban sufriendo, desde hacia algunas semanas, las inclemencias del duro invierno en forma de riadas, con desbordamientos incluso, rachas muy fuertes de viento y frío.
Los conquenses estábamos incrédulos de que en nuestra ciudad solamente hubiéramos sido castigados levemente por el frío y únicamente en días puntuales.
Pues bien, con un poco de retraso, hoy nos llegaba la primera riada del año, 30 metros cúbicos por segundo acompañados de rachas de viento de 60 Kilómetros por hora, una tortura para algunos y un deleite para otros.
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